martes, 21 de febrero de 2012

Gracias a Dios


Aunque me tapo los oídos con la almohada y gruño de rabia cuando suena el despertador... gracias a Dios que puedo oír.
Hay muchos que son sordos.
Aunque cierro los ojos cuando, al despertar, el sol se mete en mi habitación... gracias a Dios que puedo ver.
Hay muchos ciegos.
Aunque me pesa levantarme y pararme de la cama... gracias a Dios que tengo fuerzas para hacerlo.
Hay muchos postrados que no pueden.
Aunque me enojo cuando no encuentro mis cosas en su lugar porque los niños hicieron un desorden... gracias a Dios que tengo familia.
Hay muchos solitarios.
Aunque la comida no estuvo buena y el desayuno fue peor... gracias a Dios que tengo alimentos.
Hay muchos con hambre.
Aunque mi trabajo en ocasiones sea monótono rutinario gracias a Dios que tengo ocupación.
Hay muchos desempleados.
Aunque no estoy conforme con la vida, peleo conmigo mism@ y tengo muchos motivos para quejarme...
gracias a Dios que estoy viv@.

Calma mi paso, Señor!


Desacelera los latidos de mi corazón, calmando mi mente.
Diminuye mi ritmo apresado con una visión de la eternidad del tiempo. 
En medio de las confusiones del día a día, dame la tranquilidad de las montañas. 
Retira la tensión de mis músculos y nervios con la música tranquilizante de los ríos de aguas constantes que viven en mis recuerdos. 
Ayúdame a conocer el poder mágico y reparador del sueño.
Enséñame el arte de tomar pequeños descansos: reducir mi ritmo para contemplar una flor, charlar con un amigo, acariciar a un niño, leer un poema, oír una música preferida.
Calma mi paso, Señor, para que yo pueda percibir en medio de la incesante labor cotidiana de los ruidos, luchas, alegrías, cansancios o desalientos Tu presencia constante en mi corazón. Calma mi paso, Señor, para que yo pueda entonar el cántico de la esperanza, sonreír para mi prójimo y callarme para escuchar Tu voz.
Calma mi paso, Señor, e inspírame a enterrar mis raíces en el suelo de los valores duraderos de la vida, para que yo pueda crecer hasta las estrellas de mi destino mayor.
¡Gracias, Señor, por el día de hoy, por la familia que me diste,
mi trabajo y, sobretodo, por Tu presencia en mi vida.

CON EL DINERO SE PUEDE COMPRAR CON EL DINERO SE PUEDE COMPRAR

La cama, pero NO el sueño.
La comida, pero NO la digestión
El libro, pero NO la inteligencia.
El lujo, pero NO la belleza.
Una casa, pero NO un hogar.
El remedio, pero NO la salud.
La convivencia, pero NO el amor.
La diversión, pero NO la felicidad.
El crucifijo, pero NO la fe.
Un lugar en el cementerio, pero No el cielo
Preocúpate primero por las cosas de Dios...
no siempre te dará todo lo que pidas 

¡pero siempre te dará todo lo que necesites!