En muchas ocasiones estamos asustados, asustados de lo que tal vez no podemos hacer;
asustados de lo que pensará la gente.
Permitimos que nuestros miedos se interpongan en nuestros sueños.
Decimos no cuando queremos decir sí. Murmuramos cuando queremos gritar. Después...
Después gritamos, a quien no teníamos que hacerlo: ¿por qué?
Después de todo, cruzamos por esta vida una sola vez; no hay tiempo para tener miedo.
Así que intenta... intenta aquello que no has hecho, arriésgate, participa en el maratón,
escribe aquella carta, enfréntate como ganador a las cosas cotidianas.
El tiempo no regresa.
No tienes nada que perder, y todo... ¡Todo que ganar!
No hay comentarios:
Publicar un comentario